AKA-MANTO: Cuento de terror paranormal inspirado en una leyenda japonesa sobre espectros y decisiones mortales | Parte de The Sivar Halloween en Revista Cinco SV
AKA-MANTO es más que un cuento de terror: es una advertencia, una invocación, una grieta en la lógica. Inspirado en una leyenda urbana japonesa, el relato nos confronta con la figura de Ana, una estudiante brillante y escéptica, cuya curiosidad la lleva a cruzar un umbral del que no hay retorno. Lo que comienza como un juego termina en una escena que nadie puede olvidar, ni siquiera al cerrar los ojos.
OCTUBRE2025POESÍA Y NARRATIVA OCT 2025
10/24/20254 min read


Título: AKA-MANTO
Género: Paranormal
Seudónimo: kotori
Autor: Moisés Bonilla
En esta segunda entrega de The Sivar Halloween, Revista Cinco SV abre las puertas a una leyenda japonesa que se cuela entre los pasillos de una facultad salvadoreña, transformando el escepticismo en horror. AKA-MANTO, escrito por Moisés Bonilla bajo el seudónimo kotori, nos sumerge en una atmósfera donde lo racional se descompone frente a lo inexplicable, y donde una simple encuesta en WhatsApp puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Bonilla —nutricionista-dietista por vocación, profesor de japonés por pasión y escritor amateur por necesidad espiritual— nos entrega un relato que mezcla lo cotidiano con lo sobrenatural, lo académico con lo ritual, y lo digital con lo espectral. Su sensibilidad por la fantasía, el terror y la espiritualidad se manifiesta en cada línea, recordándonos que incluso los lugares más seguros pueden volverse portales hacia lo desconocido.
AKA-MANTO es más que un cuento de terror: es una advertencia, una invocación, una grieta en la lógica. Inspirado en una leyenda urbana japonesa, el relato nos confronta con la figura de Ana, una estudiante brillante y escéptica, cuya curiosidad la lleva a cruzar un umbral del que no hay retorno. Lo que comienza como un juego termina en una escena que nadie puede olvidar, ni siquiera al cerrar los ojos.
AKA-MANTO
Ana era una muchacha muy escéptica. Estudiaba doctorado en medicina en la facultad de ciencias de la salud y se esperaba que ella sería una increíble médico algún día. Ana gustaba mucho del terror, pero solía decir que todo lo relacionado a la espiritualidad era una mentira. Aún así, se reunía conmigo y con su grupo de amigos de la universidad para contar historias de terror, ver películas “slasher” y hasta jugar la ouija. Solía divertirse al ver como sus amigos eran tán fáciles de asustar.
Yo no traté mucho con ella personalmente, pero ella era conocida por ser la amiga de todos y por su afición a encontrar formas de cómo demostrarle a los demás que todas estas cosas de “espíritus, brujas, fantasmas y demonios" eran solo una invención del ser humano. Se dice que solía ir a la biblioteca de la universidad a buscar información sobre leyendas urbanas y rituales. “Es por diversión” solía decir.
Era un viernes por la mañana, tomé mi teléfono celular y ví que tenía muchísimos mensajes de texto del grupo de whatsapp. Admito que sos muy perezoso para revisar mensajes así que solamente ignoré el chat y me puse en marcha a la universidad. No habían pasado ni cinco minutos cuando pude darme cuenta que la facultad estaba llena de cintas policiales amarillas, dos patrullas policiales estaban parqueadas en el estacionamiento de docentes de la facultad y la mamá de Ana junto su grupo de amigos lloraban desconsoladamente. Me acerqué con curiosidad para saber qué era lo que sucedía cuando de repente un oficial detuvo mi camino y con prepotencia me dijo:
-”¡No se puede pasar muchacho!”.
A lo que yo respondí: “¿Por qué? ¿Qué pasa?”
-”No es de su incumbencia” respondió él.
Pude ver que Saira, la mejor amiga de Ana, se acercó a mí y al oficial con una cara de terror, como si hubiera visto la cara del demonio pazuzu de la película “El Exorcista” y me dijo: “Vení, te quiero decir algo”.
Sin dar problemas y sin hacer preguntas la seguí y me llevó a unas bancas que estaban cerca de la facultad, nos sentamos un momento y me dijo: “¡A Ana la han matado!”.
Quedé en shock, ¿Cómo pueden matar a alguien en una universidad privada? Hay cámaras por todos lados y personas que trabajan día y noche. Quizás Saira pudo leer mi mente en ese momento y me dijo: “¡Revisa tu grupo whatsapp!”
Tenía unos 500 mensajes, entré a revisar el grupo y el primer mensaje que apareció era de Ana y nos invitaba a responder la siguiente encuesta:
Opción A: “Papel rojo”
Opción B: “Papel azul”
Ana solía hacer este tipo de juegos, ya todos sabíamos que era algún tipo de broma, todos votaron “Papel rojo” y empezaron a mandar mensajes para exigirle a Ana que dejara de jugar y que mostrara a que se refería con eso.
Bajando por el chat, Ana mandó una foto temporal. El Rostro de Saira palideció y apartó su mirada, mi curiosidad fue tan grande que abrí la foto.
La foto era la cosa más terrible que jamas había visto, en la fotografía estaba Ana, se encontraba sentada en el excusado de lo que parecían los baños de la universidad, con los ojos completamente girados hacia atrás, la boca completamente abierta y la garganta completamente desgarrada. Tenía su camisa y pantalón completamente llenos de sangre y sobre su camisa habían trozos de lo que yo creo que eran restos de su tráquea.
¡No pude seguir viendo semejante fotografía! La imagen era impactante y sentía que mi estómago no podía soportarlo…
Han pasado tres meses desde el asesinato de Ana. La policía aún continúa investigando el caso, nos confiscaron a todos los celulares y hasta el momento no encuentran al culpable de tal atroz crimen.
Recuerdo una leyenda que leí una vez en un foro de terror, esta habla de un espectro que deambula en los baños. Se dice que este espectro gusta de castigar a los incrédulos y es capaz de asesinarte de dos formas posibles: Asfixiarte hasta ponerte azul o desangrarte hasta pintarte de rojo.
Por mi parte, decidí iniciar tratamiento psicológico, aún sigo viendo la fotografía de Ana cada vez que cierro los ojos.
 
