EL INFIERNO SON LOS OTROS [VELOZ RECOMENDACIÓN: BEEF]
En esta entrega de El Obturador, Josué Andrés Moz revive su reseña de Beef, miniserie dirigida por Lee Sung-Jin y producida por A24, que en apenas diez episodios logra retratar con ironía y profundidad el absurdo de la rabia cotidiana. Publicada originalmente en La Mosca Luminosa (Colombia) y ahora acogida por Revista Cinco SV, esta recomendación nos invita a sumergirnos en el enfrentamiento entre Amy y Danny, dos personajes rotos que, al chocar por un incidente mínimo, emprenden una guerra emocional que revela sus heridas, vacíos y contradicciones. Con una mezcla precisa de comedia negra, drama y poesía visual, Beef se convierte en espejo incómodo y fascinante de nuestras propias tensiones, y en una de las series más memorables del 2023.
CINEAGOSTO 2025
Josué Andrés Moz
9/1/20253 min read


EL INFIERNO SON LOS OTROS
[VELOZ RECOMENDACIÓN: BEEF]
Nota: el texto que presento para esta entrega es una versión actualizada de una reseña que publiqué en 2023 a través del medio ‘‘La mosca luminosa’’ en Colombia, galería digital que actualmente se encuentra con sus actividades pausadas, pero que acogió con cariño mis palabras mientras se mantuvo activa. Ahora, gracias a ‘‘Revista Cinco’’, puedo mantener estas impresiones con vida en: ‘‘El Obturador’’.
En 2023 tuve la oportunidad de disfrutar ‘‘Beef’’, miniserie dirigida por el coreano Lee Sung-Jin, y amparada por el sello confiable de A24, y debo decir que aún pasados dos años, me sigue resultando sinónimo perfecto de la palabra frescura.
Con una extensión de apenas 10 capítulos, y con una duración promedio de entre los treinta y cuarenta minutos por episodio, ‘‘Bronca’’, como fue traducida al español, es ideal para esos maratones de fin de semana, o para coronar las jornadas laborales.
Ante el exceso de productos audiovisuales que encontramos en las plataformas de streaming en esta guerra actual de contenidos, es muy difícil decidir a qué series o películas dedicar tiempo, sin embargo, esta es una apuesta segura para el lector de Revista Cinco SV.
La premisa es sencilla: un hombre con amplios problemas económicos y una mujer con una vida acomodada —pero no por ello menos conflictiva— se ven envueltos en un altercado automovilístico, un suceso mínimo que desemboca en una persecución, que tal como la serie misma, termina yendo de menos a más. El personaje de Danny (interpretado por Steven Yeun), además de poseer problemas de dinero se encuentra ahogado en conflictos familiares, se presenta como la figura ‘‘madura’’ en una dinámica de hermano mayor y hermano menor, y está en la búsqueda constante de que su trabajo como contratista lo lleve a obtener el orgullo de sus padres. Por su parte el personaje de Amy (encarnado por Ali Wong), posee amplia estabilidad económica, sin embargo, aunque pareciera que se encuentra en la cima, persiste en ella un latente desasosiego, una necesidad de reafirmarse a sí misma…pues, pese a contar con una familia y una casa hermosa, cuenta también con una sensación de vacío que la serie nos acabará revelando a lo largo del viaje.
‘‘Beef’’ es una miniserie vertiginosa, con el equilibrio necesario entre la comedia negra y el drama. Es una historia plagada de elementos poéticos, en que los títulos, la banda sonora, el lenguaje visual y las actuaciones —como muy pocas veces ocurre en series recientes— combinan a la perfección con un guion muy bien cuidado, entregando fotografías irónicas, grandes diálogos y espejos para que el espectador pueda llegar a cuestionarse sus propios códigos morales.
El desenlace del primer capítulo es clave para comprender el tono que el resto de los episodios llevarán, pero no por ello vuelve predecibles los giros dramáticos. Con la aparición de la canción ‘‘The Reason’’ de la banda estadounidense Hoobastank, logramos acceder a la idea de que esta guerra en la que se embarcan Amy y Danny será más que una búsqueda de venganza; esta se volverá una búsqueda del sentido, un viaje en el que se irán ‘‘complementando’’ a partir de enfrentarse a su propia decadencia, a sus propias heridas, a partir de comprender sus inseguridades, su falta de conexión con el mundo y su falta de amor propio. Dejarse llevar por la rabia, es lo que permite que ‘‘el juego’’, que pudo haber concluido con un simple diálogo, se agrave cada vez más, capítulo a capítulo, involucrando a las familias de los protagonistas y llevándonos a un final de temporada que no puede definirse, sino como delirante, y que nos deja con una escena de cierre tan satisfactoria como simbólica.
A lo largo de la travesía el espectador será capaz de juzgar a los protagonistas y empatizar con ellos, a lo mejor tomará partido por Amy o por Danny, y luego el guion se encargará de matizar los fanatismos, a la vez que realizará un recorrido importante por discursos que abordan conflictos entre las clases sociales, la religión, el estatus, el arte y el concepto de plenitud.
Si el espectador es capaz de resistir la tensión, la incomodidad y de sumergirse en esa línea del absurdo que propone el pacto narrativo, será también capaz de disfrutar de una de las mejores series del 2023.

